Las sanciones de la Unión Europea, Estados Unidos y Australia a Rusia parecen no haber cumplido a cabalidad el propósito por el que fueron desplegadas. La economía de Moscú ha resistido sorpresivamente y este viernes 14 de abril llegaron datos positivos en el área energética, que terminan de confirmar el buen desempeño ruso pese a las consecuencias por la guerra.
En marzo, Rusia alcanzó su máximo nivel de exportaciones de petróleo en tres años, cuando sus envíos totales aumentaron en 600.000 barriles por día (bpd) hasta los 8,1 millones de bpd, el dato más alto desde abril de 2020, según el informe mensual de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Pese a este dato optimista para Moscú y a que los ingresos petroleros mostraron una recuperación de 1.000 millones de dólares para un total de 12,7 millones de dólares, el país todavía está un 43% por debajo si se compara con los datos de hace un año.
Las exportaciones de productos derivados del petróleo, destinados a la Unión Europea (UE), casi se duplicaron entre febrero y marzo a 300.000 bpp, pero experimentaron una reducción de 1,5 millones si se compara con los niveles de la temporada antes de la guerra.
Hay que recordar que la UE desplegó un embargo para las entregas de petróleo que se transportaran desde Rusia vía marítima en diciembre de 2022, así como un tope de precios por barril para las exportaciones de todo el mundo que se fijó en los 60 dólares por barril, una decisión que se acordó con el grupo del G7 más Australia.
Tiempo después, en febrero, el bloque de los 27 añadió una prohibición a los artículos petrolíferos rusos y acordó con los países del G7 (Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, Italia, Japón y Reino Unido), un precio máximo de 100 dólares por barril para combustibles más caros como el diésel y 45 dólares para productos de menor calidad como el fuel oil.
Previsiones positivas para Rusia
El martes 1 de marzo, el Fondo Monetario Internacional modificó sus previsiones de crecimiento para la nación de Vladimir Putin, asegurando que el país crecerá este año un 0,7%, cuatro décimas más que su previsión anterior de enero.
Según el organismo, el crecimiento de Rusia de 2023 es fruto de un remanente importante de la actividad en 2022, año en el que se han tomado medidas fiscales muy fuertes y en el que mucho del gasto fiscal estuvo relacionado con los gastos militares.
Sin embargo, el Fondo aseguró que el país podría experimentar un déficit presupuestario mucho más amplio y un superávit más pequeño este año.
En esa misma línea optimista, este mismo viernes, el Ministerio de Economía ruso mejoró su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2023 a un crecimiento del 1,2% desde la contracción del 0,8%.