La Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda tiene, desde 2015, un capítulo que ha iniciado la etapa más intensa de disputa hegemónica con EEUU. Se trata de la promoción y difusión de las nuevas tecnologías chinas en el mundo. Esta iniciativa se conoce como la Ruta de la Seda Digital.
Esta surgió con el nombre de Ruta de la Seda de la Información y se centró inicialmente en inversiones en cables de fibra óptica y redes de telecomunicaciones.
Desde entonces, su alcance se ha ampliado para incluir inversiones en comercio electrónico y sistemas de pagos móviles, proyectos relacionados con la industria espacial, centros de datos, e investigación y proyectos relacionados con las ciudades inteligentes.
La Ruta de la Seda Digital forma parte de la estrategia de desarrollo tecnológico del plan Made in China 2025 y de la Estrategia Nacional de Informatización.
China definió de ese modo su ambición política de lograr el liderazgo mundial en la estratégica área de alta tecnología. El economista Jorge Molinero explica que ese programa fue desarrollado durante más de dos años por el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información.
Menciona que “su foco está centrado en desarrollar industrias de alta complejidad tecnológica, basadas en la innovación y la capacitación de su personal a todo nivel. Calidad por sobre cantidad y costo”.
Las modalidades de financiamiento de los proyectos de la Ruta de la Seda Digital han sido clave para su expansión. Se han instrumentado siguiendo el mismo modelo que la potencia asiática utilizó en otros proyectos de infraestructura de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, con préstamos otorgados por el Banco de Desarrollo de China, el Banco de Exportación e Importación de China y los bancos comerciales de propiedad estatal.
¿Cuántos millones invirtió China?
¿Qué empresas son las protagonistas?
Hace diez años las inversiones de las empresas chinas estaban comenzando a ganar protagonismo en la región y estaban muy concentradas en el sector de los hidrocarburos y de la minería. En estos últimos años han comenzado a diversificarse.
Hoy, la posición internacional de China ha cambiado: el país se ha posicionado como una de las grandes potencias mundiales y ha surgido un conflicto por la hegemonía tecnológica con los Estados Unidos.
¿Qué lugar ocupa América Latina y el Caribe en la expansión china?
Las fusiones y adquisiciones de China en los sectores tecnológicos de América Latina y el Caribe son muy escasas. Entre 2013 y 2019 Bloomberg sólo registró 13 transacciones en las áreas de Internet y del software en Argentina, Brasil y México.
De todos modos, las grandes empresas tecnológicas chinas están teniendo una presencia creciente en América Latina y el Caribe, destacándose Huawei, China Telecom y ZTE. Desde 2015 esas firmas comenzaron nuevas actividades en 15 países de la región con inversiones en centros de datos y redes de telecomunicaciones.
En el negocio de las comunicaciones, la mayoría de los anuncios de inversión realizado entre 2015 y 2020 correspondieron a Huawei y Xiaomi para instalaciones comerciales en el mercado de los teléfonos inteligentes.
Huawei está operando en la región hace 20 años y ha ingresado con éxito en el mercado de los teléfonos inteligentes. Actualmente está instalada en 20 países de América Latina: en 14, su cuota en mercado supera los dos dígitos, y en cuatro de ellos tiene una presencia superior al 20%.
Es una de las tres marcas principales de teléfonos celulares de México, Colombia, el Perú y Centroamérica. En Colombia, tiene una cuota de mercado de 25%.