Varias zonas de difícil acceso en Haití siguen a la espera de la llegada de ayuda humanitaria. Sin embargo, la carencia de carreteras y la imposibilidad de transitar los caminos existentes complican la logística de la entrada de suministros. La falta de infraestructura es solo una de los problemas a los que se enfrentaba el país y que se han agudizado después del terremoto.
“No hemos recibido nada. Ninguna autoridad viene a ayudarnos. No tenemos agua, ni comida, ni vivienda. Tenemos muchas necesidades porque somos muy vulnerables”, le comunicó Antoine Marc-Arthur, un habitante de la comunidad de Gorjette, a EFE.
Como él, muchos pobladores de distintas comunidades aisladas en la isla siguen a la espera de ayuda humanitaria más de una semana después del sismo que cobró la vida de al menos 2.207 personas, dejó 12.268 heridos y 344 desaparecidos.
La isla cuenta con una infraestructura vial precaria que ha complicado la labor humanitaria. A la difícil orografía del país y a la falta de carreteras se le suma las condiciones de inseguridad de ciertos sectores.
Gorjette es una de esas zonas que permanecen incomunicadas con el resto del país. Tal como muestra EFE, sus habitantes instalaron un campamento junto a la escuela del lugar, en donde han acogido a las personas que se quedaron sin sus viviendas por el terremoto.

Allí 200 personas viven en estado crítico y, según dicen, la gente de la zona no se sabe “por cuánto tiempo ni qué van a comer”.
Las autoridades calculan que el 40 % de la población, es decir, cerca de 684.000 personas de la isla, necesitan ayuda humanitaria urgente.
El director de Acción contra el Hambre en Haití, Roseval Supreme, le dijo a EFE que estaba “impresionado” por las condiciones en las que se encuentran varias partes de la carretera que conecta la parte sur y norte de la isla.
El panorama es tan complicado que el director del organismo señaló que coordinar viajes desde Los Cayos a Jérémi, dos de las ciudade claves de la región más afectada por el sismo, “es básicamente imposible, la carretera se ha venido abajo en muchos puntos y en otros está bloqueada”.
La situación de los niños haitianos: otro tema que preocupa
Según UNICEF, medio millón de niños se vieron afectados por el terremoto en diferentes partes del país. Un ejemplo de ello es la población del departamento de Grand’Anse, que tal como muestra Reuters, vive en difíciles condiciones. Algunos agricultores de la zona construyeron tiendas con postes de madera y sábanas, en ese estado la situación de los niños se vuelve preocupante.
“Ahora, con escasez de comida y agua, muchos de los niños pequeños sufren de hambre, fiebre e infecciones”, dijo Evelya Michele, madre de cinco hijos que vive en el campamento, a Reuters.
También en Los Cayos los niños se enfrentan al hambre, a la incertidumbre y a la falta de condiciones sanitarias.

“La tierra temblaba y yo lloraba, tan asustada por lo que estaba pasando”, narró a Reuters Lovely Jean, una joven 24, quien había dado a luz a su hijo poco antes del terremoto.
El hospital de la ciudad sufrió daños que obligaron al pabellón neonatal a operar al aire libre. Por eso, ahora en su casa Jean intenta amantar a su hijo. Sin embargo, ella y su esposo Alexander, no saben con qué van a subsistir. El terremoto acabó con los campos en los que trabajaba el padre del niño y con todas sus cosechas de papa y yuca dejando a la familia prácticamente sin qué comer.
Con EFE y Reuters