En el cáucaso, esa zona geográfica entre el mar Caspio y el mar negro dos naciones que fueron parte de la Unión Soviética siguen enfrentándose por los límites creados tras la caída del muro de Berlín.
Armenia y Azerbaiyán mantienen choques esporádicos desde 1992 para definir el futuro de Nagorno Karabaj, una región que Azerbaiyán reclama como propia pero donde vive una mayoría armenia que busca su autonomía.
Las tensiones en la zona fronteriza comenzaron a deteriorarse en mayo de 2020, cuando Armenia se quejó de una incursión de tropas azerbaiyanas en su territorio. En ese momento, la diplomacia azerbaiyana hizo un llamado a Ereván a «aceptar las nuevas realidades en la región, a poner fin a las provocaciones militares y a comenzar negociaciones sobre la delimitación de la frontera».
Finalmente, el agravamiento de las relaciones fronterizas se «solucionó» con un alto al fuego mediado por Rusia en julio de ese mismo año, que ambas partes acordaron respetar para evitar así un escalamiento mayor del conflicto