El Ejército de Myanmar derrocó en febrero pasado al presidente Win Myint y a la consejera de Estado Aung San Suu Kyi, quienes fueron detenidos junto con otros miembros de alto rango del partido gobernante Liga Nacional por la Democracia antes del golpe de Estado, citando «fraude electoral».
La toma del poder ha dado lugar a meses de manifestaciones y un movimiento de desobediencia civil masiva, que se ha enfrentado con una fuerza brutal. El número de muertos ha aumentado a 940, según la Asociación de Asistencia a Presos Políticos, una ONG local.
El general Min Aung Hlaing, líder del régimen militar de Myanmar, se nombró a sí mismo primer ministro el domingo. Prometió elecciones multipartidistas y el levantamiento del estado de emergencia para agosto de 2023, en lugar del plazo inicial de un año.