La justicia de este país llega hasta donde empiezan los portones de nuestro resguardo”. Esa es la frase que la lideresa indígena Saday Rosado Zapata suelta al referirse a la impunidad que las mujeres y niñas arhuacas han tenido que afrontar por décadas, en los casos de abuso sexual.
Para ella y para las demás víctimas, es urgente que la justicia ordinaria abra una ruta efectiva de atención, ya que el juzgamiento de estos crímenes bajo el ojo de la ley indígena se ha reducido a latigazos, algunos días de calabozo y trabajo extra en la comunidad.
La violencia sexual silenciada en las comunidades indígenas
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