Algunos analistas aseguran que son las manifestaciones más grandes desde el Maleconazo de 1994 cuando los cubanos salieron a manifestarse durante el Periodo Especial. El detonante de las protestas es la escasez de alimentos y de medicamentos, una falta de bienes básicos que no puede entenderse sin el bloqueo económico al que está sometida la Isla, pero que se agravó durante la pandemia. El turismo que es una de las principales actividades económicas se vio paralizado.
El presidente Díaz Canel aseguró que detrás de estas movilizaciones está la mano de EE. UU y dijo que “si EE.UU quiere que se resuelvan los problemas económicos de los cubanos tiene que levantar el bloqueo”.
Durante la gestión de Donald Trump se endurecieron las sanciones, el republicano derogó la directiva presidencial del presidente Barak Obama del 14 de octubre de 2016. En esta, aunque contenía elementos injerencistas, se había declarado el bloqueo como «una carga obsoleta para el pueblo cubano y un impedimento a los intereses estadounidenses”.
Dos cambios se esperaban con la llegada de Biden: estos eran las remesas o la cantidad de dinero que la gente podía enviar a su país de origen, y permitir que las aerolíneas aterrizaran en aeropuertos del país distintos al de La Habana. Ninguno de los dos sucedió hasta el momento.