Las tropas norteamericanas y sus aliados de la OTAN abandonaron la semana pasada la base aérea militar más importante de Afganistán, Bagram. Esto representa el final de las grandes operaciones militares que el país norteamericano llevaba a cabo en territorio afgano desde hacía más 20 años. La retirada total de las tropas de EE.UU del territorio afgano está fijada para el emblemático 11 de Septiembre.
El repliegue de las tropas tiene lugar en medio de un repunte de la violencia y las ofensivas de los talibanes, a pesar del inicio en septiembre de las conversaciones de paz entre el Gobierno afgano y los insurgentes en la capital de Qatar, Doha.
Los talibanes multiplican sus ataques contra policías y militares afganos por lo que es difícil predecir si la transición política podrá llevarse adelante en paz.
Muchos analistas creen que la retirada de las fuerzas de la Alianza podría hundir a Afganistán en una nueva guerra civil o permitir el regreso al poder de los talibanes, que habían sido expulsados a finales de 2001.
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