Una vez más, quedaron en evidencia las dificultades que supone el proceso de reconciliación de un país que intenta hacer un tránsito de una extensa guerra a un escenario de paz.
En un encuentro emotivo y tenso, este miércoles 23 de junio se encontraron en la Comisión de la Verdad un grupo de víctimas de secuestro con quienes fueron sus captores: excombatientes de las Farc que firmaron el acuerdo, dejaron las armas y se transformaron en organización política.
Lo que varios sectores esperaban que fuera un acto de reconocimiento de responsabilidad y solicitud de perdón, se convirtió en un diálogo en el que las víctimas les exigieron a los exguerrilleros más compromiso y reflexión para enfrentar los crímenes que cometieron durante el conflicto.
Del lado de las víctimas, una de las voces que resaltó fue la de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, quien luego de un cautiverio de más de 76 meses, que terminó en 2008, estuvo por primera vez, cara a cara, con quienes fueron sus verdugos.
Y aunque algunos exjefes de las Farc, como Rodrigo Londoño, pidieron perdón, Betancourt les hizo varios llamados en torno al reconocimiento, su actitud frente a las víctimas, su compromiso y la reparación que aún espera el pueblo colombiano.
El mensaje de cierre de la excandidata presidencial reunió, eso sí, el sentir expresado por las víctimas, los exguerrilleros y los miembros de la Comisión de la Verdad, presidida por el padre Francisco de Roux. “No queremos volver nunca al pasado. Estamos listos para enmendar y construir hombro a hombro un nuevo futuro para todos”, dijo Betancourt.
Las palabras de Ingrid Betancourt
Tras la intervención del excomandante guerrillero, Ingrid Betancourt se expresó.
“El valor de este encuentro reside en que quienes actuaron como señores de la guerra y quienes lo padecimos nos levantamos al unísono ante Colombia para decirle al país que la guerra es un fracaso. Que solo ha servido para que nada cambie y para seguir postergando el futuro de nuestra juventud”, aseguró la excandidata presidencial.
Además, reflexionó sobre el encuentro, sobre la posibilidad de que víctimas y victimarios participen de un acto de reconciliación.
Sin embargo, Betancourt se pronunció de manera sentida sobre la posición que sostuvieron los ex-Farc que hablaron antes de Timochenko en el evento.
“Debo confesar que me sorprende que nosotros de este lado del escenario estemos todos llorando, y que del otro lado del escenario no haya habido una sola lágrima”, dijo.
Y le llamó la atención, por ejemplo, al excombatiente Abelardo Caicedo: “Yo hubiera querido oírlo a usted, como comandante, decir si usted secuestró a alguien, decir si usted dio la orden de que mataran a alguien”.
En cuanto a Pedro Trujillo, quien dijo que observaba con vergüenza las acciones cometidas por la extinta guerrilla, Betancourt le pidió que aclarara qué era lo que sentía. “¿Es una vergüenza porque la sociedad les está reclamando por lo que hicieron o es la vergüenza del alma?”, preguntó.
A Carlos Antonio Lozada –quien horas antes había sido interpelado por una asistente al finalizar su discurso, quien le gritó: “¿y el perdón?”– también le llamó la atención. “Yo quería oírlo hablar desde su corazón, no desde la política. Acá estamos seres humanos, no está el Estado, estamos los colombianos al desnudo, mirándonos en el drama”.
Una vez más, quedaron en evidencia las dificultades que supone el proceso de reconciliación de un país que intenta hacer un tránsito de una extensa guerra a un escenario de paz.
En un encuentro emotivo y tenso, este miércoles 23 de junio se encontraron en la Comisión de la Verdad un grupo de víctimas de secuestro con quienes fueron sus captores: excombatientes de las Farc que firmaron el acuerdo, dejaron las armas y se transformaron en organización política.
Lo que varios sectores esperaban que fuera un acto de reconocimiento de responsabilidad y solicitud de perdón, se convirtió en un diálogo en el que las víctimas les exigieron a los exguerrilleros más compromiso y reflexión para enfrentar los crímenes que cometieron durante el conflicto.
Del lado de las víctimas, una de las voces que resaltó fue la de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, quien luego de un cautiverio de más de 76 meses, que terminó en 2008, estuvo por primera vez, cara a cara, con quienes fueron sus verdugos.
Y aunque algunos exjefes de las Farc, como Rodrigo Londoño, pidieron perdón, Betancourt les hizo varios llamados en torno al reconocimiento, su actitud frente a las víctimas, su compromiso y la reparación que aún espera el pueblo colombiano.
El mensaje de cierre de la excandidata presidencial reunió, eso sí, el sentir expresado por las víctimas, los exguerrilleros y los miembros de la Comisión de la Verdad, presidida por el padre Francisco de Roux. “No queremos volver nunca al pasado. Estamos listos para enmendar y construir hombro a hombro un nuevo futuro para todos”, dijo Betancourt.
Tras la intervención del excomandante guerrillero, Ingrid Betancourt se expresó.
“El valor de este encuentro reside en que quienes actuaron como señores de la guerra y quienes lo padecimos nos levantamos al unísono ante Colombia para decirle al país que la guerra es un fracaso. Que solo ha servido para que nada cambie y para seguir postergando el futuro de nuestra juventud”, aseguró la excandidata presidencial.
Además, reflexionó sobre el encuentro, sobre la posibilidad de que víctimas y victimarios participen de un acto de reconciliación.
Sin embargo, Betancourt se pronunció de manera sentida sobre la posición que sostuvieron los ex-Farc que hablaron antes de Timochenko en el evento.
“Debo confesar que me sorprende que nosotros de este lado del escenario estemos todos llorando, y que del otro lado del escenario no haya habido una sola lágrima”, dijo.
Comisión de la Verdad
Y le llamó la atención, por ejemplo, al excombatiente Abelardo Caicedo: “Yo hubiera querido oírlo a usted, como comandante, decir si usted secuestró a alguien, decir si usted dio la orden de que mataran a alguien”.
En cuanto a Pedro Trujillo, quien dijo que observaba con vergüenza las acciones cometidas por la extinta guerrilla, Betancourt le pidió que aclarara qué era lo que sentía. “¿Es una vergüenza porque la sociedad les está reclamando por lo que hicieron o es la vergüenza del alma?”, preguntó.
A Carlos Antonio Lozada –quien horas antes había sido interpelado por una asistente al finalizar su discurso, quien le gritó: “¿y el perdón?”– también le llamó la atención. “Yo quería oírlo hablar desde su corazón, no desde la política. Acá estamos seres humanos, no está el Estado, estamos los colombianos al desnudo, mirándonos en el drama”.
No queremos volver nunca al pasado. Estamos listos para enmendar y construir hombro a hombro un nuevo futuro para todos
De otro lado, dijo que le agradecía a Timochenko el esfuerzo de reconocer el crimen, pero le hizo un fuerte llamado.
“Usted habló de reparar a las víctimas, y yo le pregunto: ¿cómo va a hacerlo?, ¿dónde están los recursos del narcotráfico que ustedes acumularon por los años de guerra?”.
Ingrid Betancourt también hizo una reflexión profunda sobre la reconciliación y las oportunidades que el acuerdo de paz abrió en el país.
“Yo nunca hubiera imaginado desde lo profundo de mi cautiverio que un día tendría la posibilidad de un dialogo humano con mis antiguos captores. Lo que quiero transmitirle al país, en esta situación tan difícil que atravesamos, es que la violencia nunca ha sido ni será la solución”, aseguró.
Y añadió: “Aquí, frente a Colombia, frente a nuestras familias y a nosotros mismos, provenientes de todas las experiencias de la guerra, de todos los rincones del país, de todos los credos y de todas las sensibilidades políticas, mujeres y hombres de todas las generaciones, le hemos querido dejar a la Historia nuestra única verdad, la de afirmar que, como colombianos, no queremos volver nunca al pasado y que estamos listos para enmendar y construir hombro a hombro un nuevo futuro para todos”.
“Reconocemos que muchas de las personas secuestradas fueron sometidas a tratos indignos de su condición humana, padecieron agresiones físicas y morales que aumentaron innecesariamente su sufrimiento. También, que un alto número de las víctimas de secuestro terminaron perdiendo su vida hallándose en nuestras manos, y lo que es peor, sepultadas en algún lugar de la geografía rural, que dadas las circunstancias de la confrontación armada, resulta hoy difícil de determinar con precisión”, dijo Londoño.

Comisión de la Verdad
El excomandante guerrillero fue enfático en señalar que con el secuestro se causó dolor a las víctimas y todas sus familias, y que fue consecuencia de sus acciones, lo cual reconocen “sin vacilar”.
Un punto fundamental de la intervención de Londoño, conocido en tiempos de guerra como Timochenko, fue su solicitud de perdón a quienes estuvieron en cautiverio: “Esperamos que alguna vez puedan perdonarnos por el incalificable daño infligido”, dijo.
Y continuó: “A quienes nunca regresaron del secuestro, a quienes perdieron la vida en nuestras manos, a sus allegados agobiados durante años y años por su ausencia y desconcierto, les suplicamos perdonarnos por la terrible afrenta ocasionada”.
En medio de sus palabras, aseguró que tienen sentimiento de vergüenza por los crímenes cometidos por la guerrilla, y pidió perdón al país.
“También extendemos nuestra petición de perdón a la sociedad colombiana, a todos esos hombres y mujeres afectados de uno u otro modo por la incertidumbre y la zozobra que generó la aborrecible conducta que practicamos por décadas. A los extranjeros y extranjeras que padecieron miedo o intranquilidad en el suelo de Colombia como consecuencia de esa misma práctica. Nada puede explicar ni justificar su dolor, somos absolutamente conscientes de eso. No pretendemos excusarnos con ningún argumento. Ni siquiera se trató de personas involucradas en la confrontación, más bien resultaron víctimas inocentes de ella”, aseguró Timochenko.