Todos los problemas detectados por un equipo de la Organización de Mundial de la Salud (OMS) en la fabricación de la vacuna rusa Sputnik V en una planta nacional ya fueron resueltos, aseveró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Este 23 de junio la OMS publicó un informe preliminar en el que anunció haber registrado varios problemas en la producción del fármaco inmunizante en Rusia, la mayoría de los cuales está relacionada con la protección del medio ambiente.
Los expertos, además, apuntaron a “problemas con la trazabilidad completa, la identificación y el historial de lotes de Gam-COVID-Vac [nombre técnico de Sputnik V]”.
El portavoz calificó como el “más estricto” el control de la producción de vacunas contra el coronavirus en Rusia.
El Ministerio de Industria y Comercio del país, por su parte, afirmó que cada lote de la vacuna Sputnik V en todas las plantas se somete a un triple control: el control de producción, el del Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya —desarrollador del fármaco—, y el del Servicio Federal de Vigilancia en el Sector de Salud (Roszdravnadzor).
Estas etapas, subrayó, permiten garantizar “la confianza en la calidad del producto”.
Un equipo de expertos de la OMS realizó antes inspecciones en cuatro de las siete plantas donde se produce la Sputnik V en Rusia, y expresó su preocupación por la calidad del proceso de fabricación en una de ellas.
Demanda extrajera de Sputnik V
Peskov también declaró que Rusia no puede cubrir la demanda extrajera de Sputnik V de inmediato, pero cumplirá con todos sus compromisos en el futuro.
Agregó que actualmente “la prioridad absoluta [para Rusia] es el uso interno” al subrayar que “no hay ni habrá escasez de vacunas contra el coronavirus en Rusia”.
La vacuna Sputnik V fue la primera utilizada por Argentina para inmunizar a su población contra el COVID-19 en diciembre, y es la que más predomina en la nación.