A través de una investigación de la revista digital The Intercept se dio a conocer que un sector el gobierno de facto que gobernaba Bolivia desde octubre de 2019, cuando a partir de una crisis social desatada por parte de la oposición con el apoyo del ejército forzaron una salida anticipada del gobierno del presidente Evo Morales y su vice Álvaro García Linera, planificó un segundo golpe en octubre del 2020 para evitar el regreso del MAS al poder, esta vez de la mano de Luis Arce que se había consagrado ganador en la primera vuelta electoral con más del 55% de los votos, en un claro rechazo del electorado boliviano a las política de derecha implementadas por la presidenta Jeanine Añez y un pésimo manejo de la pandemia. La planificación de este segundo golpe que no se llegó a concretar estuvo a cargo del entonces ministro de Defensa, Luis Fernando López.
El plan consistía en llevar mercenarios a Bolivia desde una base militar estadounidense en las afueras de Miami, y una vez en territorio boliviano coordinar acciones con unidades de élite del ejército, un sector rebelde de la policía y grupos paramilitares.
Exministro de defensa Boliviano planeó un segundo golpe con mercenarios estadounidenses