Con solo mover el pulgar hacia la izquierda por media hora, o registrarse en un sitio web, se podría estar cerca de encontrar el amor, una conquista casual o una nueva amistad
Sin salir de casa ni sufrir la angustia de crear una primera impresión. Solo basta pensar en una mejor foto de perfil, el pase obligatorio para poder entablar una conversación en estos ambientes virtuales.
Para algunos, ese es resultado de la decadencia a la que nuestras relaciones humanas han llegado con la tecnología en el siglo XXI. Para otros ha sido la oportunidad de conocer personas interesantes fuera de su contexto físico, y más aún durante los tiempos de confinamiento.
Con todo, entre las críticas usuales del famoso swipe o ‘deslizar’ en aplicaciones de citas como Tinder está la superficialidad y la falta de conexión para llegar a relaciones duraderas. Siguiendo esa idea, la exdirectora de Tinder Whitney Wolfe creó en 2014 la plataforma Bumble, dedicada a “personas que buscan activamente establecer conexiones significativas en citas, amistades y redes profesionales”. Y no solo eso, pues Bumble es pionera en darle el control de sus conexiones a las mujeres: allí ellas son las que llevan la iniciativa, las únicas que pueden comenzar la conversación. Si esta no se responde en las primeras 24 horas, la conexión desaparece.
El orígen de la idea
Inspirada en su propia frustración, inició este proyecto en 2014 tras su salida de la compañía Tinder. Precisamente su experiencia la motivó a llevar a cabo esta nueva plataforma. Wolfe era cofundadora y vicepresidenta de Marketing de la compañía, y, según dice, fue a ella a quien se le ocurrió el famoso nombre de ‘Tinder’. Sin embargo, expresa que vivía en constantes escenarios de insultos por parte de Justin Mateen, su exjefe y expareja, pero al tratar de hablar con sus superiores, le decían que estaba ‘dramatizando’. Decidió demandar a Justin Mateen por discriminación y acoso sexual, una disputa que concluyó con la suspensión de este y una indemnización millonaria para ella. Aun así la compañía nunca reconoció su responsabilidad. Su lamentable experiencia, similar a la que muchas mujeres viven a diario, la motivó a crear una nueva plataforma de citas que transformara la forma en que las mujeres afrontan sus relaciones interpersonales de toda índole.
“Bumble se basa en la importancia de las relaciones equitativas y lo cruciales que son para una vida feliz y saludable. La aplicación se basa en la amabilidad, el respeto y la igualdad, y todos participan en eso”, asegura la compañía. Por eso también cuentan con Bumble BFF para establecer relaciones de amistad y Bumble Bizz como una red profesional.
Hoy, Wolfe es un símbolo de emprendimiento femenino al convertirse en la mujer más joven (31 años) en sacar su empresa a la bolsa y hacerlo con una compañía en la que el 73 por ciento de sus cargos directivos están ocupados por mujeres.
El éxito de las plataformas
La plataforma ha tenido gran polémica por su connotación feminista. Ya sea por la curiosidad o por la aceptación de su modelo pionero, Bumble tiene más de 42 millones de usuarios activos al mes. En su primer día en Wall Street, a principios del 2021, el valor de sus acciones aumentó de 43 a 76 dólares, con ganancias para la compañía de 2.150 millones de dólares. En febrero, la revista Forbes afirmó que Wolfe Herd posee 21,5 millones de acciones, equivalentes al 11,6 por ciento de la empresa. Por eso la revista la ha incluido en su lista de ‘Las 100 mujeres más ricas hechas a sí mismas’.
El éxito de Bumble no es único. Un estudio elaborado por Smartme Analytics, una plataforma de investigación de mercados que analiza el uso que damos a las aplicaciones y servicios de los celulares, reveló que durante las primeras semanas de confinamiento en España todas las apps habían experimentado un notable crecimiento. Un ejemplo de esto es Tinder, que llegó a doblar su número de usuarios menores de 35 años, o Badoo, con un crecimiento de más del 50 por ciento.
Y es que con el incremento de la virtualidad en la cotidianidad, conocer personas por internet ya no parece una experiencia extraña o lejana a la realidad. Incluso para encontrar relaciones de larga duración. Un estudio reciente de la Universidad de Ginebra concluyó que los usuarios de las aplicaciones como Tinder, Badoo o Grindr buscan relaciones estables. La investigación encontró que las aplicaciones contribuyen a unir a más parejas con contextos educativos, sociales y económicos diferentes, así como facilita las relaciones a larga distancia. Una necesidad más clara durante la pandemia.
Fundé Bumble para empoderar a las mujeres a fin de que construyan de manera más saludable y equitativa conexiones
Protección y seguridad
Otra de las principales críticas a estos encuentros virtuales es la falta de certeza sobre la identidad de la persona. Esto puede generar preocupaciones sobre acceso a la intimidad de otros por parte de desconocidos.
Por eso, así como en Bumble las mujeres son quienes inician la conversación, también cuentan con garantías para protegerse de escenarios de acoso, bullying o agresiones. “Es la única aplicación de citas que empodera a las mujeres al ponerlas en control de sus interacciones. Se requiere que las mujeres de Bumble den el primer paso, estableciendo el tono para conexiones amables y respetuosas. Esto también significa que no hay mensajes ni acercamientos no deseados”.
Así, aunque en Bumble se permitan las llamadas de voz y video, han implementado algunas políticas de seguridad como la verificación fotográfica, la difuminación en las fotos de desnudos y que sean los usuarios quienes decidan si quieren ver la imagen. Igualmente, se prohíbe el lenguaje humillante, comentarios despectivos o ‘no solicitados’ y cualquier manifestación discriminatoria. Además, algunos usuarios consideran que se ‘filtran’ mejor el tipo de personas que se pueden encontrar, a diferencia de otras plataformas que están más abiertas al ingreso de cualquier persona.
“Las relaciones saludables son la base de una vida feliz. Sin ellas no podemos alcanzar nuestro máximo potencial. Fundé Bumble para empoderar a las mujeres a fin de que construyan de manera más saludable y equitativa conexiones en un esfuerzo por mejorar las relaciones para todos”, concluye su directora.
MIRIAM SOTO
EFE REPORTAJES