La crisis diplomática entre Qatar y la mayoría de sus vecinos del Golfo Pérsico, que lo acusaban de apoyar al terrorismo, parece haber llegado a su fin, más de tres años después.
El lunes, Arabia Saudita abrió sus fronteras marítimas, terrestres y aéreas con Qatar, cerradas desde el 5 de junio de 2017, cuando los saudíes, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con Doha.
Y este mismo martes, un acuerdo poniendo fin al embargo se firmó en la ciudad saudí de Al-Ula, durante una cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC) que volverá a contar con la presencia del emir de Qatar.
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Según la corresponsal internacional en jefe de la BBC, Lyse Doucet, una fuente involucrada en la organización de la cumbre dijo que la decisión saudita de abrir su espacio aéreo y fronteras terrestres y marítimas buscaba crear la confianza necesaria para garantizar la asistencia del emir Tamim bin Hamad Al Thani.
En 2017, cuando se impuso el embargo, el monarca qatarí dijo que no viajaría a ningún país que restringiera la entrada de otros ciudadanos de su país, que siempre ha rechazado las acusaciones de apoyo al terrorismo.